Tras su precipitada huida de Akakor, Ryuki y Koga empiezan a aceptar lentamente su naturaleza como sorgin,
los míticos seres que pueden encontrar el Khamsin y
hacer que su mundo sea como antaño, que pase de ser
un duro y árido desierto a un edén lleno de vegetación.
Pero aunque parezca imposible, no todos desean un
mundo así…