Los agentes Carl Brinkman y Bridget Kurtis forman una unidad de investigación encargada de resolver los delitos de la estación espacial Habitat Odette, repleta de refugiados procedentes del planeta Tierra. La atmósfera del entorno es claustrofóbica. La estación está atestada de drogadictos, desesperados, jugadores e iluminados. La suma de superpoblación, drogas y religión es el caldo de cultivo ideal para los crímenes más horrendos.