Estamos en el año 3404 d. C. y el planeta Tierra está a punto de sucumbir tras un largo proceso de decadencia protagonizado por la especie humana. En esta segunda entrega, Osamu Tezuka nos manda desde la crónica más antigua de Los albores de la historia hasta el mismísimo fin de la Humanidad, y será a partir de este momento cuando irá cerrando este gran arco en las sucesivas sagas.