No debería haberla tocado. Pero una mano fría y negra, ajena a la del doctor, ha rozado la mejilla de Shiva. La frágil niña duda ante la posibilidad de haber sido maldita y convertirse en un ser exterior, mientras que el doctor no puede evitar sentirse horrorizado… En medio de una silenciosa confusión, el ser del exterior que ha tocado a la niña susurra una enigmática palabra: madre.
Esto es la mañana y la noche. Y entre el profundo abismo que los separa, una fábula de dos…