Jûzô descubre que el auténtico responsable de la pesadilla de Nosescott no fue otro que Mega Armed, el gran héroe de guerra. Al enfrentarse a la fuerza devastadora de su enemigo sin los compuestos químicos que bloquean su verdadero potencial, el ejecutor se encuentra entre la espada y la pared hasta que algo que había permanecido dormido durante años despierta.