La Princesa Leia Organa afronta a los dieciséis años la tarea más exigente de su corta vida: demostrar su valía en cuerpo, mente y corazón para ser nombrada oficialmente heredera al trono de Alderaan. Sigue rigurosos cursos de supervivencia, hace prácticas en política y encabeza misiones humanitarias a mundos bajo control imperial.